Los gérmenes pueden pasar desde las fuentes de infección a un organismo sano de dos formas:
- Transmisión directa. Se produce por contacto directo entre la persona enferma y la sana.
- Transmisión indirecta. Los gérmenes procedentes de la fuente de infección pasan al medio, y de allí pueden transmitirse a una persona sana.
3.1.- La respuesta inmunitaria.
Si los agentes infecciosos logran superar las barreras naturales de nuestro organismo que dificultan su entrada, deberán enfreantarse al sistema inmunitario. El sistema inmunitario está formado principalmente por glóbulos blancos. Estos glóbulos blancos son los que se encargan de protejer nuestro organismo de las infecciones. En la mayoría de los casos la respuesta inmunitaria resulta ser eficaz, y logra eliminar los gérmenes causantes de la enfermedad.
3.2.- Memoria inmunitaria e inmunidad.
La primera vez que una persona se expone a un agente infeccioso (también antígeno o germen), pasa aproximadamente una semana antes de que se aprecie un aumento de anticuerpos y linfocitos T. Pero, durante años, a veces por toda la vida, el sistema inmunitario "recuerda" ese germen en particular y, en un segundo encuentro con él, reacciona de forma mucho más rápida e intensa. En esas condiciones, esa persona es capaz de resistir la enfermedad infecciosa provocada por ese mismo germen y se dice que es inmune a ella.
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